sábado, 15 de noviembre de 2008
La locomotora de vapor
A principios de siglo XIX el ferrocarril utilizaba el tiro de animales (tracción de sangre) como fuerza motora. La irrupción de la máquina de vapor hace que se piense en aplicarla al ferrocarril. En 1805 Richard Trevithick aplica una máquina de vapor a un vehículo ferroviario, creando la primera locomotora, aunque no tiene rentabilidad económica. Trevithick pasa inadvertido frente a Stephenson, quien en 1825 crea la Locomotion, una máquina para transportar mercancías en el FC Stockton-Darlington, y en 1829 gana con su locomotora Rocket el concurso de Reinhold para el FC Liverpool-Manchester. La Rocket es considerada la primera locomotora moderna porque introduce una serie de innovaciones que serán empleadas por muchas de las locomotoras construidas desde entonces: una caldera multitubular (inventada por el francés Marc Seguin en 1827) muy eficaz para transmitir al agua el calor de los gases de combustión y una tobera de vapor de escape que fuerza el tiro del hogar (efecto Venturi). El funcionamiento básico de la locomotora consiste en la creación de vapor en una caldera calentada por el calor del hogar y de los gases que éste produce y que circulan por unos tubos sumergidos en agua. Este vapor se almacena en un recipiente (el domo) situado en la parte alta de la caldera desde donde se distribuye por medio del regulador al motor, en el que los cilindros, con un movimiento alternativo, transmiten su empuje a las ruedas por medio de las bielas.
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